domingo, 13 de agosto de 2017

el circo siempre en la ciudad

Engañando a la Gente Sencilla por Medio de Truculencias

La supuesta “evidencia” de la existencia de Jesús, puede llenar muchas páginas. La $multi-millonaria INDUSTRIA DE LA RELIGIÓN, ha predeciblemente engrandecido a los defensores de la Fe.
Dos favoritos “Nacidos de Nuevo” son el pastor Lee Strobel – La Evidencia por Cristo -  y el ministro Josh McDowell – La Evidencia requiere un Veredicto. Ninguno de los dos pretende una imparcialidad científica. Más allá de una autoproclamada “terca objetividad “,  ellos presentan una reconocidamente parcializada y defensa de la causa evangélica.  Pero pese al  exagerado elogio apilado por la multinacional  Cristiandad S. A. , la evidencia que alegan se derrumba al ser examinada. La sofisticación y  embaucamiento engañan solo a los crédulos y desinformados – pero esa es justamente la esencia de la religión.
Los Apologistas no tienen en su poder artefactos secretos de Jesús, ningún guardado de memorias  secretas – aunque sí tienen aliados muy astutos en la industria fabricante de reliquias, así esto puede cambiar !  Así, la carpa del circo está llena de nada más substancial que subterfugios y lógica sospechosa. Lo que mantiene el conjunto entero, es el super pegamento universal, LA FE.
El desfile de engaño y bufonesca parafernalia podría ser algo risible y divertido, si no fuera porque  es el máximo de racionalidad a que llegan algunos cristianos. Líbrenos el cielo de que lleguen al poder en el gobierno.
En el preludio de la Edad Oscura, los Apologistas originales cristianos incurrían en similar debate seudo racional con los filósofos griegos, quienes inicialmente ignoraron a los cristianos, y posteriormente los satirizaron como tontos. Pero en menos de tres generaciones los cristianos estaban al mando del Imperio Romano, y las  burlas cesaron.

 1.   El Argumento:  “La Biblia dice”

Aunque parezca increíble, asombrosamente, el principal argumento de los Apologistas, apartándose de la lógica, para probar la existencia del héroe protagonista de su relato,  es  el relato mismo. A la Biblia se le concede el privilegio especial de confirmar su propia verdad. En el engañoso lenguaje religioso, es calificada como la  “única históricamente confiable”.  Es verdad, porque ella misma dice que es verdad.  Muy cómodo el argumento. (Tan cómodo, de hecho, que Mahoma lo adoptó en el Korán).
Pueden tales argucias ni remotamente justificarse si las escrituras dieran  cronologías precisas y verificables de personas, lugares  y eventos? No, en absoluto. Como cualquier libro de ficción, la Biblia establece una serie de (improbables) eventos, una plétora de nombres, y una masa de detalles incidentales de imposible comprobación, situados dentro de un escenario histórico conocido. La Judea Romana era sin duda real, la Jerusalén del primer siglo ciertamente existió (usted puede visitar sus ruinas). Pero cualquier trabajo de ficción históricahace referencia al mundo real. Una novela nunca deja de ser ficción, no importa qué tan “real” parezca.
El asunto es, caminó sobre el agua un carpintero santo, resucitó a los muertos, fue resucitado y subió a los Cielos?
Con todo el conjunto bíblico de verdades a medias, fantasías e historia enrevesada, definida como “evidencia histórica”, ha sido posible convocar un vasto número de “testigos” por el super-héroe. Otros personajes dentro de la fábula dan testimonio de la existencia del carpintero sagrado. Es como probar la existencia de Batman a partir del testimonio de Robin el joven maravilla.
Nacimiento divino? Contamos con el testimonio de Lucas sobre los pastores y ángeles (Lucas 2). Sin importar que Lucas escriba por lo menos 60 años después del supuesto nacimiento del hombre-dios (realmente, más de un siglo), se ofrece como testigo presencial  de una conversación supuestamente ocurrida  en un campo de ovejas.
Jesús convirtiendo agua en vino?  Por supuesto, tenemos al “apóstol Juan” como nuestro principal, de hecho,  único testigo, escribiendo aún después de que lo hizo “Lucas”, (Juan 2). Como máximo, Juan, como Lucas, escribieron lo que  oyeron contar, una generación después de los supuestos acontecimientos.
Y de quien disponemos para testificar acerca del mesiánico gran final, la resurrección? La evidencia sobre éste “Cristo resucitado” viene del testimonio de Pablo, acerca de 500 testigos no identificados,  avistamientos de los 12 apóstoles y de  él mismo (Corintios 15). Mateo en cambio cuenta con dos mujeres adoradoras de pies, y 11 discípulos  en una  falda montañosa. Marcos acude con 3 mujeres (María Magdalena,  María la madre de Jesús, y Salomé), 2 paseantes, y los 11, que habiendo ya comido (Marcos 16). Y finalmente Juan cita también a María Magdalena y los discípulos, con especial mención de Tomás el Incrédulo (Juan 20).
El punto esencial, el corazón mismo del malvado edificio del cristianismo, - el salvador resucitado- descansa escasamente en 500 palabras  escritas en un antiguo, inconexo y completamente desacreditado libro.
Posiblemente en éste punto se supusiera que todo pensamiento crítico debiera cesar, y que otro acólito se arrodillara en penitencia por haber puesto en duda la verdad revelada.

 2. El argumento de que “La creencia de Otros” constituye Evidencia

Habiendo invocado como “testigos” a los personajes tomados del relato mismo,  la sospechosa lógica prosigue llamando a otros adicionales, de la masa de  hermanos en la fe – bueno, algunos individuos aislados realmente.
Los antiguos cristianos mismos son presentados como “evidencia”. Así, los creencias de los Padres de la Iglesia, como Ignacio, obispo de Antioquía (50–115?) se convirtieron en el eje de la pretensión  del  Catolicismo Romano como amos del mundo. En una impresionante gira martirológica, la superestrella episcopal resulta sentenciada a enfrentarse a las fieras salvajes, por el  supuestamente vil emperador Trajano (en verdad, un gobernante reconocidamente benigno).
Se nos pide creer que, cuando todos los recursos de Roma estaban siendo dedicados a atender una guerra con Partia, el emperador iba a reservar la útil arena local para la ejecución de Ignacio, asignando una patrulla  para trasladar al cautivo hasta oriente y luego de regreso a Roma. El prolongado recorrido supuestamente le brindó la oportunidad de conocer y saludar a la pesada cristiana a todo lo largo del camino. Ignacio, (quien es bastante insistente acerca de su propio martirio), escribe 15 cartas de naturaleza realmente milagrosa. Están dirigidas a tales notabilidades como a la Virgen María, y un obispo nonato aún por la época de la muerte de Ignacio!
La importancia de las cartas no es su veracidad histórica, sino el dogma católico.  Ignacio es convertido en el altoparlante de la ortodoxia del Siglo IV, retrotraída a una fantasía proselitista del Siglo II. El obediente obispo hace advertencias acerca de toda clase de “herejías”, y exige estricta obediencia a los obispos.
En la fábula por la cual es nombrado obispo personalmente por los apóstoles, y luego él instruye al obispo Policarpo de Esmirna (fallecido en 166?), Ignacio es convertido en el eslabón perdido”  entre la fantástica leyenda Palestina, y la cruda realidad de la autoridad episcopal católica. El primer clérigo romano que se autodenominó obispo – Aniceto (156-166) - lo hizo de acuerdo con Policarpo.
Similarmente, Flavio Clemente (¿150–216) obispo de Alejandría, Justino (tan meritorio mártir que el adjetivo formó parte de su nombre), y el galo Irineo, son selectivamente citados, como si sus creencias tuvieran una especial cualidad para probar el nacimiento o muerte de alguien, un siglo o más anterior a su época.
Simplemente, la evidencia de creencia no constituye evidencia de realidad -  y si esa línea de argumento fuera válida, tendríamos que validar los 3000 o más años de existencia de las deidades egipcias e hindúes, y los casi igualmente perdurables dioses griegos y del norte de Europa!
El engaño continúa hasta el día de hoy, con el testimonio de  “expertos creyentes” exhibidos como evidencia de la existencia de un dios-hombre,  existencia cuestionada aún desde el Siglo II. Por supuesto, la validez del testimonio de los  expertos no creyentes, no parece aún próximo.

Evidencia de Creencia –
Tumbas del Sagrado Ibis en Saqquara, Egipto
Varios millones de aves momificadas dan testimonio de siglos de antigua creencia egipcia. Los ofrecimientos eran en honor del arquitecto real Imhotep, deificado como el dios griego de la medicina Asclepio..
Imagino que eso significa que Asclepio era real...

 3. El Argumento de los “ Sufridos Discípulos”

Este argumento realmente se gana el premio. Nuestro Apologista, conciente de que los no cristianos también tienen creencias, ahora inflan ésta falacia, inventando una “Iglesia Triunfante”, perpetuada por Hollywood. “Habrían los discípulos sufrido y muerto por un salvador inventado”?  Chocantes imágenes de apedreamientos, descabezamientos, bestias salvajes).
Este audaz disparate es destruido por completo por dos realidades independientes:
1. La gente sufre y muere cotidianamente por causas erróneas.
Se habrán ido los terroristas del 9/11 directo al cielo?    
Los paganos sí murieron a manos de los cristianos. Acaso prueba esto la existencia de Dionisio e Isis?
2. No existe evidencia de la existencia de los apóstoles, ni de un generalizado sufrimiento de los cristianos – esto es, hasta cuando el Imperio Cristiano desató su ferocidad contra los heréticos.
Paulo, por ejemplo, nunca se refiere a la ejecución de ningún apóstol, aunque esto no reduce el repetido cuento de la quemazón de cristianos perpetrada por Nerón.
No olvidemos, que en un solo día, en 1209, en Beziers en la región del Languedoc,  en el sur de Francia, murieron más cristianos a manos de otros cristianos, que en los 20 años del reinado del gran perseguidor Diocleciano el emperador romano, lo cual muestra gráficamente el salvajismo cristiano, más que el pagano. Uno puede matar, y hacerse matar, por una causa religiosa, con tranquilidad, y la gente comúnmente lo hace.
Muerte y asesinato inspirados en la religión no tienen valor probatorio.

 4. El argumento de “Demasiado Reciente para ser una Leyenda”

Brevemente, el argumento es como sigue: La creencia en JC y en su resurrección surgió casi de inmediato. No hubo tiempo suficiente  para que se hubiera desarrollado una leyenda acerca de una realidad menos dramática”  Los mitos, se dice, requieren generaciones para su desarrollo.  (Realmente?)  No tomó más que unos pocos días para que los militares norteamericanos y los medios periodísticos perfeccionaran la leyenda acerca de la suboficial Pfc Jessica Lynch, haciéndola aparecer como una versión femenina de Rambo. Afortunadamente, la franqueza subsiguiente de la supuesta heroína desmintió las falsificadas versiones.
Se nos dice que los testigos presenciales aún supervivientes habrían gritado “falso!” si los historiadores hubieran escrito falsedades – una versión imaginativa pero ridícula, implicando que en los guetos y “Scriptoriums” del Imperio de Oriente existiera un ejército de correctores literarios revisando los rabínicos escritos. Este argumento también introduce subrepticiamente el falso concepto de que los evangelios fueron escritos “temprano”, siendo la realidad que solamente aparecieron hacia mediados del Siglo II, cuando la totalidad de quienes vivieron en la primera mitad del Siglo I habían fallecido hace tiempo.
No obstante, la implicación es que dentro de una década o dos de la muerte de JC, “numerosos” cristianos tenían más o menos la misma convicción. “Seguro”, dice el argumento, “esto sería el  caso, solo si algo notable hubiera ocurrido?”
Falso.
Acordémonos:  estamos buscando evidencia acerca de JC. Lo cual no asume una fecha específica para la crucifixión de nuestro héroe, para luego contar hasta el tiempo en que comenzaron a haber cristianos. Nadie pone en duda que durante a fines del primer siglo, y comienzos del segundo, surgió una fe acerca de un hombre – dios mesiánico. Las leyendas son construcciones compuestas (colectivas?) a lo largo de muchas generaciones. Su surgimiento a partir de los muy reales sufrimientos de los judíos, y de los pobres del Imperio Romano constituye un estudio fascinante.
Insertar una arbitraria ventana de tiempo histórico (la supuesta vida de JC) dentro de este desarrollo, es un engaño.

Qué creían los primeros cristianos?

Algunos contendores por la “verdad”
Cristianos que NO creían en un Jesús humano:
Docetistas:
“Aparición de un hombre….”
Valentinianos:
“Resurrección desde  la ignorancia”
Marcionitas: 
2 Dioses, Jesús proyectado hacia abajo…”
Maniqueos:
“El espíritu no puede ser Atrapado…”

Cristianos que creían en Jesús pero no en la Divinidad:
Basilidianos:
“Jesús no fue crucificado….”
Ebionitas:
 “Los judíos para Jesús,  Paulo es un herético…”

Lo que resulta sorprendente es la enorme variedad de cristianismos que proliferaron desde los primeros tiempos, y una creencia no generalizada en un Jesús humano o en uno resucitado.
La evidencia de la “existencia humana de Jesús, lejos de estar confirmada y existir unanimidad entre los primeros cristianos, fue motivo de feroces discordias.  Muchos cristianos entre los siglos primero y cuarto, NO creían en un Jesús de de carne y hueso; les era ofensivo de su particular interpretación de los divino.
Entre los que hablaron de un Jesús hombre entre los hombres, muchos  rechazaron la noción de que héroe habría sido un dios – una afirmación blasfema para cualquier monoteísta.                                    
La confusa noción de “verdadero Dios y verdadero Hombre” no fue formulada como “Confesión de Fe”  hasta el primer concilio de Antioquía, en el año 251AD, cuando le fue impuesta al mundo por medio de edictos imperiales romanos.
Lejos de compartir un núcleo central de creencias, los primeros cristianos abarcaron una amplia gama de opiniones, y esta variación continuó pese a la persecución conjunta ejercida por la iglesia y el estado sobre cualquier punto de vista no ortodoxo.


  5. La aplastante cantidad de documentación – Un falso Argumento

Este, realmente es un tosco garrote.
“Sabe usted, dice el apologista, hay solo una copia manuscrita de Las Guerras Gálicas”, y data el Siglo X? En cambio, hay más de 20.000 manuscritos de los evangelios, en varios idiomas, que datan del los siglos Sexto Doce. No PRUEBA esto la corrección del Nuevo Testamento?
La lógica es atroz – si una mentira se repite cien veces, acaso supera a una sola verdad? El punto realmente significativo qué tan pocos manuscritos cristianos – o aún retazos de los mismos – existen del tiempo anterior a que el culto cristiano se convirtiera en el culto oficial del imperio romano.
Bibliotecas completas de antigua sabiduría y erudición fueron quemadas por los cristianos. Durante siglos, por mandato de la iglesia, el único material de lectura fue la árida dieta de la bíblica fantasía.
Y los apologistas modernos tienen el atrevimiento de burlarse de la escasez de textos clásicos. Es como si los Nazis de la escasez se lamentaran de la escasez de libros judíos.

6. El Argumento  de los Lamentables Errores

La moderna ilustración expone los bárbaros disparates de la Biblia como nunca antes. Quienes escribieron los evangelios, hace 1800 años, nada sabían de ciencia ni de racionalidad. No podían anticipar las habilidades y comprensión que impugnarían su piadosa fantasía en el futuro.
En verdad, hasta hace poco, la Biblia era un libro prohibido, para todos excepto el clero. Dentro del vasto conjunto de sus sinsentidos, leída selectivamente en latín, o en griego, a un campesinado ignorante, quien podría detectar las miríadas de inconsistencias, contrasentidos y absurdidades ?
Ahora, por supuesto sabemos esto, y más.
Nada avergonzado, el Apologista audazmente convierte éste desastre a su favor. “Los errores obviamente confirman la esencia de verdad. Si los escritores hubieran deseado decir mentira, la habría dicho bien”
Nada de eso. Los escribientes eran timadores de su época – incapaces de anticipar el auge del alfabetismo, la impresoras, los computadores y el Internet.

7. El Argumento de la Falta de Historiadores Confiables

“OK”, dice el Apologista como  último recurso, si todo lo que usted dice es cierto, porqué no hay cantidades de académicos establecidos haciendo cola para impugnar el mito de Jesucristo?
A diferencia de los religiosos, quienes son generalistas de amplio espectro que se explayan sobre la vida, la muerte y la eternidad, los academicistas están crecientemente especializados, saben más y más acerca de menos y menos. Su avance personal y prestigio profesional proviene de pequeños progresos dentro de su estrecho ámbito de trabajo. Es entendible que prefieran no comentar sobre asuntos fuera de su área de conocimiento.
Dentro de los límites de sus propias disciplinas, los académicos ciertamente cuestionan los disparates bíblicos. Muchos de dichos cuestionamientos están incluidos en la presente recopilación de artículo, que han permitido demoler el mito sobre Jesús. Pocos se atreven a enfrentarse a la “Madre Iglesia” con sus $billones y millones de creyentes seguidores. Se requiere que otros, libres de las restricciones académicas, para ensamblar las mil y pico de evidencias en un solo bloque coherente.
Expresado lo anterior, que Jesús de Nazaret no existió a nivel histórico, no es una idea nueva, sino que ha sido aprobada por una minoría de académicos durante más de 200 años.
Las dudas acerca de la verdad literal acerca del hombre-dios fueron elevadas - no por laicos – sino por teólogos progresistas cuya razón prevaleció sobre su fe. Tristemente, el fundamentalismo invierte el proceso manteniéndolo patas arriba, con la fe dominando a la razón.

El Circo de Jesús Está Siempre en la Ciudad ... IRA USTED HOY???

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